Reseña de Batman: Bloom

Cuando parecía que ya había dejado de lado las reseñas sobre el Batman de Snyder de la etapa de los Nuevos 52, vuelvo con más fuerzas. En esta ocasión vamos a comentar uno de sus últimos arcos que en su momento no gustaron mucho a los fans en general pero creo que –en mi opinión- no fue algo tan malo como parece.

En esta ocasión arrancamos donde lo habíamos dejado tras Fin del Juego en que aparentemente el Joker y sobre todo Batman, habían muerto. Gotham llora la pérdida de su héroe, ante esto, Gordon y el GCPD deciden realizar un movimiento que no se esperaba nadie, y esa es la de crear su propio Batman. Gotham no puede estar sin Batman y Gordon piensa que deberían de hacer uno a su medida y, ¿Quién mejor para llenar esas botas que Gordon?

Sinceramente se me ocurren mil opciones más viables que Gordon, pero vale, compremos este argumento. Con la ayuda de financiación y mucho entrenamiento consigue ponerse a cargo de este puesto, llegando incluso a colaborar con la Liga de la Justicia. Pero la pregunta que a todos los lectores le reconcome la cabeza es ¿Dónde está Bruce? Porque está claro que muerto no está. Lo cierto es que después de lo sucedido en el tomo anterior Bruce sí que sobrevivió, pero perdió parte de su memoria y ya no es Batman. De hecho, ahora trabaja para el servicio de la ciudadanía y está en una relación con una antigua exnovia. Lo interesante de este cambio de status para Bruce es ver cómo puede desarrollarse la ciudad de Gotham sin Bruce defendiéndola y lo que supone para los demás miembros de la familia verle en esa situación. Actualmente se ha hecho algo parecido en la serie de Nightwing, pero ya hablaremos de ello dentro de un tiempo cuando lleguen estas historias a nuestras librerías especializadas.

Con un nuevo Batman llega un nuevo villano, en este caso su nombre es Bloom, un personaje con un origen desconocido con una caracterización propia al universo de Expediente Warren que busca la destrucción o control de Gotham mediante una serie de semillas. Sí, lo sé, suena bastante cliché y nada interesante. De hecho, lo que hace interesante al tomo es ver cómo se desarrolla el universo de Batman alrededor de su nuevo status.
Por supuesto, Bruce no iba a ser el único que se iba a salvar de los hechos del anterior tomo y es que, entrando en el territorio de spoilers, este Bruce sin memoria se llega a encontrar con el Joker, pero en un estado bueno (¿).

No parece estar loco, de hecho habla con bastante coherencia con Bruce Wayne, aunque en el fondo sabemos que él sabe que es Batman y para lo que sirve esta conversación es para que veamos que al Joker le importa Bruce y que no quiere que este sea Batman porque si no se verá obligado a volver a la locura, volver a ser el Joker, porque como ya sabemos, si no hay Gotham sin Batman, no hay Batman sin Joker.