El informe de Brodeck nos cuenta la historia de un pueblo alemán aislado del mundo por unas montañas de nieves perpetuas, pero que, a pesar de todo, no resultan infranqueables al terror nazi que asola Europa y consigue llegar hasta allí. Pero, en realidad, es la historia de cualquier lugar alejado, en el que se va gestando, con el paso del tiempo, un ambiente opresivo, endogámico, en el que todo el mundo conoce las miserias de todo el mundo.
El informe nos va narrando la historia del propio Brodeck, de los vecinos, el maestro, el alcalde hipócrita, el cura descreído… pero al final la individualidad queda desdibujada en el conjunto, el mal se esconde detrás del colectivo y el peor castigo al que se enfrentan es verse reflejados en un cuadro o en una historia que, como en un espejo, les devuelve su imagen, les recuerda lo que fueron y lo que hicieron, cuando su mayor ansia es olvidar.
El cómic nos enfrenta con la dura realidad de la invasión nazi, de los campos de concentración, con el abandono de las familias, con las denuncias de los vecinos, cuando el miedo saca lo peor de las personas y se mira con sospecha al extranjero, al diferente… y se convive con la muerte en el día a día. “Esa es la gran victoria del campo sobre el prisionero: aunque escape el prisionero nunca podrá volver a mirar a sus semejantes sin ver en ellos el deseo de acosar, de torturar, de matar”.
El paisaje, aunque hostil, rezuma exuberancia. Poblado por seres libres, como los pájaros, de gran belleza, como las mariposas o fieles, como los caballos, lo peor que habita en ellos es el ser humano, del que el cómic no transmite una visión muy positiva: “Los hombres son más perversos que los peores animales salvajes. Cometen las peores atrocidades con facilidad y luego son incapaces de vivir con la verdad de sus actos. Sus recuerdos no mienten”.
Manu Larcenet es una figura clave del Nuevo Cómic francés de reconocimiento internacional. Autor de Blast o La mazmorra, en España es sobre todo conocido por Los combates cotidianos, álbum que ganó en el Festival del Cómic de Angulema el premio al mejor álbum publicado en el año 2004. En El informe de Brodeck adapta la obra maestra de Philippe Claudel (Premio Goncourt 2007), con unos expresivos retratos y dibujos en blanco y negro en los que contrasta el blanco inmenso de la nieve con la negrura de la multitud, la naturaleza salvaje frente la mezquindad de los hombres.
“Los hombres son perezosos, quieren llenarse el estómago, beber, hacen la guerra cuando se lo piden y mueren con la certeza imbécil de que algo los espera. No quieren entender, prefieren evitarse quebraderos de cabeza”. Buscan, en definitiva, el olvido. Y eso es precisamente lo que el cómic pretende, que no se olvide el horror de los campos de concentración, el sufrimiento inútil de miles y miles de seres humanos y el envilecimiento de otros tantos que no murieron, pero tuvieron que aprender a vivir con sus culpas.