Reseña de Y me llamé justicia

La mayoría de mis reseñas son positivas, esto se debe a dos motivos en concreto, respeto absoluto por los autores y gusto adquirido, es decir, que con el paso del tiempo he aprendido aquello que me gusta, seleccionando mis cómics por temática o autores, por lo que errar se convierte en algo mucho más difícil. En lo que concierne a esta obra, Y me llamé Justicia, salí de mi zona de confort, hice algo que solo ocurre en contadas ocasiones, me arriesgué, primero, porque sigo a su guionista en redes sociales, segundo, porque me gusta dar apoyo a gente que lucha por cumplir sus sueños. ¿Resultado de la compra?, altamente satisfactoria.

El guión de Miriam Lake es tan inteligente como sobrecogedor, terrorífico y duro, el realismo es el elemento sine qua non que le hace reunir estas cualidades. Y me llamé Justicia, nos hablaba de momentos, de momentos en la vida que te lo cambian todo. Todos hemos vividos momentos inesperados, momentos que tenemos grabados en nuestro corazón por un motivo o por otro, momentos que han supuesto un impacto psicológico tan grande en nosotros que han influido en sobremanera en nuestra forma de ser, consciente o inconscientemente.

Y me llamé Justicia también nos habla de lo muy sumergidos que estamos en nuestras vidas, en como en ocasiones vemos o queremos creer aquello que nos hace más felices, dejando aún lado la realidad incluso cuando dañamos a nuestros seres más queridos, y el cómo al hacer esto aún siendo de manera inconsciente, nuestros actos repercuten en aquello o aquellas personas que nos rodean.

Y me llamé Justicia nos habla de perturbados, de enfermos, de monstruos reales que viven entre nosotros, de monstruos que crean monstruos, y lo hace de una manera tan natural y efectiva que el impacto que recibimos nos incentiva a seguir adelante con la lectura, con esa sensación de morbosidad al saber que algo no está bien pero con la irremediable necesidad de saber cómo acaba.

Parece mentira, el talento que tenemos entre nosotros y el cómo lo desperdiciamos, como lo ignoramos, Miriam Lake, guionista, da clara muestra de ello.

Inmaculada Armas Ruiz se hace cargo del dibujo, haciéndose fuerte en la disposición de viñetas y en la posición de cámara o punto de vista, sabe y consigue lo que quiere expresar en los rostros de los personajes, pero el uso de un estilo casi abocetado no me ha resultado del todo convincente para esta propuesta, pese a ello, estoy seguro que algun@ de vosot@s sabrá encontrar su belleza, y es que el arte es subjetivo, como la mayoría de las cosas en esta vida.


Sed libres en vuestros actos, sed emocionales y racionales, pero tened cuidado, pues lo que para unos es justicia, para otros es venganza.