Cómpralo en AmazonCon un ritmo más calmado que en anteriores volúmenes, Óscar Martín nos narra los pasos en solitario de Legatus, hijo adoptivo de Solo. La trama contiene claras alusiones bíblicas, además de multitud de guiños a personajes de la cultura popular, como por ejemplo, Robin Hood o Conan, e incluso a sagas cinematográficas como Star Wars, sin dejar atrás un cómic tan relevante en la industria superheroica como puede ser Crisis en Tierras Infinitas. Pero si algo destaca en este prólogo, es el mensaje de empatía que nos quiere transmitir el autor a través de valores tan esenciales como la piedad, generosidad, respeto, honestidad o sensibilidad. Legatus no es un gran orador, de hecho dar discursos no es lo suyo, prefiere hablar con sus actos antes que con sus palabras, así, de esta manera, es como su legado se convertirá en realidad, así, es como los ideales perduran para siempre.
Pero lo más difícil de este heroico camino es hacer que aquellos que le rodean crean y se convenzan por sí mismos, con todas las dificultades que eso conlleva, ya que siempre habrá alguien en nuestras vidas que querrá mantener el status quo establecido, estatus que lo eleva a lo más alto de la pirámide de poder.
Un encuentro oportuno dotará de un gran don a Legatus, quien escuchará atentamente las palabras de su portador, para así, más adelante y tras divagar por tierras yermas, cubierto de tentaciones y penitencia, encontrará aquello que una vez le fue revelado, dando comienzo de esta manera a un sin fin de posibilidades, abriendo el mundo conocido para los futuros álbumes.
Óscar Martín se supera en el dibujo álbum tras álbum, llegando en este a un punto de perfección que poco o nada tiene que envidiar a una de las series con animales antropomórficos más afamadas del momento, sí me refiero a Blacksad de mis queridos Juanjo Guarnido y Juan Díaz Canales, quienes siempre están en boca de todo buen aficionado. Los lápices de Óscar han llegado a un nivel difícil de explicar con palabras, ya que el grafito guía a la tinta para dejar paso al color en una explosión de fantasía y dinamismo pocas veces vista. La fuerza del dibujo de Óscar Martín será recordada largamente por aquellos que admiren su obra.
Se me acaban los halagos, así que solo queda animaros una vez más a haceros con esta obra irrepetible antes de que eso no sea posible, ¡corred insensatos!
