Cómpralo en AmazonEl dibujo de Mathieu es espectacular, detallado, con carácter y dinámico, dejando su inestable huella en los rostros de los personajes, que pueden o no parecerte adecuados, pero sin lugar a dudas imprimen un sello personal muy reconocible. En el color se muestra muy correcto, sabiendo aprovechar la luz de los objetos o personajes cuando el fondo es oscuro en la inmensidad del espacio, regalándonos imágenes realmente sorprendentes. La gama que utiliza es bastante reducida, en muchas ocasionas usa el mismo color en diferentes tonalidades para recrear un ambiente cerrado, el amarillo, el gris y el azul o una mezcla de ellos son los colores elegidos, sin dejar atrás los colores básicos, blanco y negro.
Pero si algo destaca por encima del dibujo, siendo esto ya muy difícil, es su trama. Nos encontramos ante la ya más que reconocible premisa de un mundo postapocalíptico, donde la tierra ha dejado de ser habitable y los pocos humanos que quedan vagan orbitando alrededor de ella, con el anhelo de colonizar y terraformar Titán, la luna de saturno. Curiosamente Shangri-La, una de las llanuras de Titán, es el nombre utilizado por el escritor británico James Hilton para evocar el lejano Oriente de las grandes leyendas en su novela ‘Horizontes perdidos’, por lo que el nombre puede describir parte del viaje, maravilla, anhelo y esperanza.
El autor aprovecha de lleno la atmósfera que se nos plantea para hacer un ejercicio sobre la psique del ser humano, sobre sus virtudes y defectos. Shangri-La es una crítica social feroz sobre nosotros mismos y nuestros impulsos naturales, o mejor dicho, animales. Bajo el punto de vista más reflexivo, veremos como el monopolio de Tianzhu, única empresa en la colonia superviviente, ha alcanzado su punto álgido. Los directivos de este gran monopolio lo controlan todo y a todos, creando necesidades y haciéndonos más materialistas y conformistas, vendiéndonos mayor seguridad a cambio de nuestra privacidad, con el supuesto objetivo de hacernos más felices.
Pero el ser humano, o como mínimo algunos de sus ejemplares, no es conformista por naturaleza, y lo que anhela por encima de todo es la libertad. La revolución siempre ha sido un arma de doble filo, la historia nos ha enseñado que los libertadores se vuelven tiranos y que en la mayoría de ocasiones tan solo anhelan aquello que el otro tiene, la caída de un régimen para instaurar otro. La mayor reflexión que podemos sacar de todo esto, es que cada uno debe escuchar su voz interior e intentar hacer lo correcto siempre que nos sean posible, sin dejarnos llevar por las grandes masas o por los grandes líderes, ya que en ocasiones ellos también se equivocan, ¿sabéis por qué?, son humanos.
¿Pero cómo puede funcionar una colonia de seres humanos de diferentes razas o etnias sin conflictos?, es uno de los grandes retos de la humanidad, el aceptar al prójimo como a uno mismo, este último reducto de la humanidad no es muy diferente a nosotros, el racismo sigue latente, por lo que la vertiente científica de Tianzhu, Tianzhu Atomic Research, creó una raza diferente a todos a partir de nuestros habituales animales de compañía, los cuales conoceremos como animoides. Los animoides serán el centro de todo tipo de actos racistas, otorgando a la raza humana una supuesta superioridad. Jugar a ser Dios puede ser peligroso, la soberbia tiene un precio.
La obra no es perfecta, poseedora de momentos espectaculares, contiene puntos en la trama que son auténticos Deus ex machina, que pueden desconcertar, pero que están ahí para ayudar en su culminación, siendo su mensaje y reflexión lo mejor de ella.
Sin lugar a dudas Mathieu Bablet y su obra se convierten de facto y por méritos propios en una de esas obras que recomendar a todo el mundo. El círculo de la vida, nuestro comportamiento como especie y un hipotético destino no muy alejado de la realidad, se encuentra en estas páginas.
