El equipo creativo de las dos últimas entregas se repite una vez más en esta sexta entrega, Kelley “Falso culpable” Puckett da una lección de cómo realizar una historia interesante y entretenida en apenas 24 páginas, acompañado por el dibujo de Brad “Psicosis” Bader emulando al de serie animada de los noventa.
En los primeros pasos de la historia, el indomable playboy de Gotham city, Bruce Wayne, asiste a una fiesta en la Mansión Crenshaw. Tras escuchar unos disparos y por medio de un infortunio, debido a su espíritu detectivesco, Bruce se mete de lleno en la boca del lobo y es acusado de asesinar al diplomático americano Jacob Brenner. Al no poder justificar de forma coherente el por qué de hallarse en el lugar del crimen sin desvelar su identidad secreta, Bruce es arrestado y encarcelado en la comisaría de Policía de Gotham.
Mientras Bruce tiene algún pequeño altercado en la prisión, Dick Grayson, toma las riendas de la investigación para tratar de conseguir pruebas e incriminar al verdadero culpable del asesinato.
De nuevo en la mansión Crenshaw, Dick, deduce casi al mismo tiempo que lo hace su mentor, Bruce Wayne, quien es el verdadero asesino.
A partir de este punto, el desenlace de la trama emerge de manera rápida y efectiva, al más puro estilo Batman Animated Series.
El dibujo de Bader, aparentemente sencillo y resolutivo, transmite la acción y nos ubica rápidamente en los escenarios de manera clara y directa.
Por último, una vez más y a riesgo de ser repetitivo, recomendar esta serie que es genial para olvidar los problemas del día a día en un escaso margen de tiempo.
No podremos decir que es una obra maestra, pero sí que podremos decir que estas páginas albergan el espíritu del que bebe el comic book norteamericano, esencia pura.