El camino emprendido por los cuatro libros que recogen las aventuras de Amadís de Gaula sigue su recorrido siglos después de su composición. Ahora, el primero de ellos ha sido traspasado a viñetas por Ricardo Gómez y Emma Ríos, premio Eisner 2020 en la categoría de mejor portada por su trabajo en el tercer volumen de la serie Bella muerte. La rata, cuya versión española se acaba de publicar.
El Amadís fue la obra de caballería en castellano más popular del XVI, redactada o, más probablemente, recogida y reescrita por Garci Rodríguez de Montalvo. Amadís representa el prototipo de caballero, curtido en mil batallas y hecho a sí mismo, que cumple su destino, luchando, por su juramento de fidelidad, en crueles batallas. Aventuras enmarcadas en una sociedad regida por leyes feudales, un mundo de lealtades cambiantes, de enfrentamientos épicos… pero sin precisión histórica, ni temporal ni espacial, en la narración, los trajes, escenarios, armaduras… que atribuimos, de forma genérica, a una época medieval idealizada y romántica.
Están recogidos todos los lugares comunes del medievo: las referencias al ciclo artúrico, en el pasaje de la espada; la clásica leyenda de San Jorge, es decir, la del caballero que se enfrenta contra el dragón; la del niño abandonado en una canasta que desaparece aguas abajo, bonitas princesas en lujosas cortes que siguen los patrones del amor cortés, con sus promesas de amor eterno y noticias verdaderas y falsas que van y vienen y que enredan la trama. También, al igual que en el pasado, la historia se funde con la leyenda, los personajes reales con héroes y monstruos, los hechos con los augurios, lo natural con lo sobrenatural. Asistimos a un mundo poblado por monstruos, magos, brujas, enanos y gigantes, que alimentan la variedad, riqueza e imaginación de unos dibujos muy sugerentes.
Emma Ríos, que comenzó su aventura por el mercado norteamericano con la miniserie Hexed y que este año se ha colado en Marvel dibujando una miniserie al servicio de El Doctor Extraño, se encarga de dibujar este universo particular. Los límites de las viñetas desaparecen dejar paso a unas páginas dominadas totalmente por los dibujos, mientras que el texto se simplifica hasta el extremo. En la visión de conjunto, esto favorece una lectura muy dinámica y muy sugerente, muy apropiada para tantos giros en la acción. Como contrapartida, un texto tan resumido queda un poco telegráfico, difícil de seguir y se pierde parte del encanto de la narración. El sacrificio tiene el objetivo de reducir, para el lector joven, la dificultad de la obra literaria original, en un intento de que los clásicos no parezcan inalcanzables. Sin embargo, una simplificación excesiva lo hace poco claro. Y para conocer los detalles, en toda su riqueza y esplendor, no hay nada mejor que acercarse al original: “el famoso Amadís de Gaula fue uno de los más perfectos caballeros andantes. No he dicho bien fue uno: fue el solo, el primero, el único, el señor de todos cuantos hubo en su tiempo en el mundo... Desta mesma suerte, Amadís fue el norte, el lucero, el sol de los valientes y enamorados caballeros, a quien debemos de imitar todos aquellos que debajo de la bandera de amor y de la caballería militamos.”