Si os gustó la película de Shazam del universo DC cinematográfico, el cómic en el que se basó os gustará mucho más. La reinvención del personaje corrió a cargo del genio de Detroit, Geoff Johns, y del dibujante Británico Gary Frank, dúo que nos ha regalado grandes obras dentro del Universo DC.
Shazam, conocido en sus orígenes como Capitán Marvel, es un personaje carismático que engancha tanto niñ@s como a adult@s, nació fuera de la editorial DC, como una de tantas “copias” basadas en Superman. El personaje llegó a vender más cómics que el mítico Superman y su fama se expandía tan rápido que DC Comics tuvo que recurrir a una serie de artimañas para poder hacerse con sus derechos. Más adelante, el personaje tuvo que abandonar el nombre de Capitán Marvel en la cabecera de sus cómics tras un contencioso con la editorial Marvel Comics, la cual ganó el derecho de usar dicha cabecera en 1968.
Geoff Johns nos narra la historia de Billy Batson, un huérfano de 15 años que ha perdido toda esperanza en la bondad de las personas. La coraza construida a su alrededor con el paso de los años, hace que Billy no establezca relación alguna con la gente que le rodea, de esta manera logra evitar decepciones y desengaños.
En su nuevo origen, Billy, es adoptado por la familia Vázquez, y aunque con recelo, poco a poco los miembros de la familia irán ganándose su confianza.
Un día, nuestro protagonista, se topará de bruces con un Hechicero desesperado por encontrar su campeón, así, sin rodeos, el poder del rayo le será otorgado, poder que contempla la sabiduría de Salomón, la fuerza de Hércules, la resistencia de Atlas, el poder de Zeus, la valentía de Aquiles y la velocidad de Mercurio, convirtiéndolo de esta manera en ¡Shazam!.
Nuestro joven héroe se las prometerá muy felices, hasta la aparición de su némesis oscura, Black Adam, quien desea instaurar en la tierra una era de dominación y terror. ¿Podrá nuestro joven superhéroe parar los pies a Black Adam?, seguro que sabes la respuesta, pero como en todo origen, lo importante no es el resultado final, si no el viaje.
En el apartado gráfico, no hay nada nuevo que decir o que no se pueda apreciar a simple vista, Gary Frank es un virtuoso del dibujo, dinamismo, elegancia y belleza en cada una de sus viñetas.